jueves, 19 de abril de 2012

semana 23. hogarez de Esperanza


>> EN “CLUE” SOMOS UN MONTON DE SALADOS<<

INTRODUCCION:
En los tiempos antiguos la sal era uno de los productos de más importancia. La sal fue el motivo de construcción de un camino desde las salitreras de Ostia hasta la ciudad de Roma, unos quinientos años antes de Cristo. Este camino fue llamado "Vía Salaria". Los soldados romanos que cuidaban esta ruta recibían parte de su pago en sal. De allí viene la palabra "salario".
La sal es la única roca mineral comestible y sin ella nuestro planeta tierra no generaría naturalmente la vida y seria imposible una estabilización de la vida.
Mateo 5:13 dice  13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

LA FALSA SAL: Jeremías 28:1-17.
Muchos profetas actuales profetizan con el espíritu de Ananías es decir falsamente y esas declaraciones ponen en evidencia la vida insípida, sin sabor, sin sal de muchos oidores. ¡Cuando dejamos de ser sal! Nos sentamos cada domingo en el templo a escuchar mensajes que nos incitan a solamente esperar la venida de Cristo, frases que estimulan al cristiano a no hacer nada por el evangelio y simplemente ser espectadores de la venida de Cristo. En resumen la falsa sal habla así: Para que trabajar, para que construir, para que esforzarse, para que sembrar si ya no hay tiempo, para que prepararme si ya estamos en los últimos tiempos. ¡CRISTO VIENE!

SOMOS LAS SAL DE ESTE MUNDO: Jeremías 29:1-8.
Babilonia es la representación bíblica de este mundo en el que habitamos, un mundo que solamente los hijos de Dios pueden mantener con vida. A la sal nadie puede darle sabor. Nuestra tarea en nuestra ciudad es orar por ella y trabajar para que la bendición la alcance. ESO ES SER SAL.

CONCLUSIÓN:
 Si escuchas algún mensaje que te incite a sentarte a esperar a que el señor venga y te digan que no trabajes mas por que no tiene caso y te digan para que construyes si esto se va a quedar aquí de nada sirve no escuches falsas profecías debemos trabajar por nuestra nación entonces seremos lo que Dios quiere que seamos. LA SAL DE ESTA TIERRA.




Con mucho amor.
Pastor Jorge Betancourt